viernes, 26 de noviembre de 2010

PARQUE DEL CENTENARIO

EL PARQUE CENTENARIO, 
PLASMA NUESTRA HISTORIA, 
ENRIQUECE NUESTRO PRESENTE 
Y ES UN VALIOSO LEGADO PARA EL FUTURO.

Con el objetivo de evitar que el tiempo borre el recuerdo de hombres y acontecimientos del ayer, y mantenga presente las heroicas gestas de la patria, se han escrito libros, creado pinturas, estatuas y monumentos; y se han construido parques, plazas y plazoletas.
De ahi el origen de plazas como la del Centenario, que alberga la columna con que Guayaquil y la patria rinden homenaje a los hombres que escribieron la historia del 9 de Octubre de 1820.

Lleno de exquisita  historia por conocer y un valor incalculable, se encuentra localizado en el corazón de la ciudad y es también uno de los más grandes de la ciudad. Existen muchos monumentos de bronce que representan heroísmo, justicia, patriotismo y libertad.


PARQUE CENTENARIO... Conozcamos el verdadero valor de cada de los detalles de este ícono de Guayaquil y Ecuador.

El Parque del Centenario sigue la línea tradicional del trazado de los Bosques Sagrados de la Grecia Clásica, que contemplan espacios dedicados a los 4 elementos: Fuego, Tierra, Agua y Aire.
Al Fuego era dedicado el altar central y una zona ceremonial: Era el área de los homenajes y de las ofrendas, y tenía como propósito atraer la energía necesaria para la vida y el impulso vital para emprender toda obra. Es aquí -en el centro del parque- donde se levanta la Columna.
El segundo elemento es el Agua, representada por las fuentes, para expresar así la adaptación del individuo a las circunstancias a la vida. El agua ha simbolizado a través de la cultura la limpieza lustral de los pensamientos y en el parque está este elemento está manifestado por la pileta de 3 niveles con un cántaro que se reboza, situada en el sector sur-oeste del parque, hacia la esquina de Vélez y Pedro Moncayo.
El tercer espacio está dedicado a la Tierra y a las zonas verdes. Son las áreas de reflexión y observación, en las que la consolidación de las ideas se refleja en la analogía de lo firme del suelo.
Finalmente, el especio dedicado al Aire está conformado por los llamados claros de los bosques, que estaban diseñados de tal manera que las copas de los árboles permitieran el paso de los rayos del sol. Los espacios circundantes a la Fuente están dedicados al este elemento, el Aire, para sugerir en quien recorre el parque la necesidad de desarrollar la imaginación, y utilizar los elementos creativos que hay en el interior de todo ser humano.

                                

Las puertas siempre se ubicaron siguiendo el camino del sol, esto es, de oriente a occidente, y en el caso del Parque del Centenario, las principales son las del eje de la avenida Nueve de Octubre. Las secundarias se orientan en dirección norte-sur y corresponden a la calle Seis de Marzo. Hacia el lado oriental del parque se aprecian dos briosos caballos y sus aurigas desnudos, creados por el escultor catalán Juan Rovira, que enmarcan el pórtico principal hacia la calle Lorenzo deGaraycoa. El Dominio -a la derecha de la entrada- simboliza el espíritu humano vigilando las pasiones que vienen del exterior, y que se impregnan en el alma, o conjunto emotivo, representado por el caballo; La Fuerza -al otro lado del acceso- simboliza la vigilancia que el espíritu humano debe ejercer sobre las pasiones y pensamientos que salen de su interior. Este pórtico prepara espiritualmente al visitante para su ingreso al parque.Sobre la calle Víctor Manuel Rendón, hacia el norte, se encuentra la estatua de una cosechadora que, bajo la forma de de Artemisa o Deméter, recoge con una hoz los frutos y la riqueza agrícola de la tierra; como contraparte, la figura de Hermes recuerda el comercio y el intercambio entre los pueblos, así como el cultivo de los frutos intelectuales, representado por las alas en la cabeza, simbolizando el vuelo del pensamiento a través de la imaginación. Mercurio o Hermes fue el dios que enseñó la Medicina y el Comercio a los hombres, portando, por ello, en sus manos, un caduceo.


En el pórtico occidental -hacia la calle Pedro Moncayo- se observa la figura de Poseidón dominando una serpiente que se enlaza en su brazo levantado, símbolo del dominio de las pasiones una vez alcanzada la madurez, que permitirán fructificar la vida, simbolizada en la estatua contigua, que presenta a una mujer, como símbolo de fertilidad de una naturaleza siempre virgen, con los atributos de un doble alimento: 
Por un lado, los frutos materiales de la tierra que salen del cuerno de la abundancia y sustentan la economía del país; y, por otro lado, los manantiales intelectuales que nutren espiritualmente a una nación, simbolizados por el cántaro que derrama sus aguas. Estas dos esculturas son obras de Giuseppe BenduceEn el pórtico sur, que da a la calle Vélez, se encuentran -a la izquierda y a la derecha- las ninfas de Las Artes y de Los Oficios respectivamente. La primera simbolizada por una mujer desnuda, con los atributos de la música, representada por la lira; la Escuadra, simbolizando la arquitectura, y el martillo y el cincel, como símbolos de la escultura, que permite tallar, con la fuerza de la voluntad y la agudeza de la inteligencia, el destino del hombre.

                                      

Los Oficios están representados por una mujer semidesnuda, con los atributos de la rueda de la industria y el ovillo de las hilanderas, expresando así la necesidad de poner las artes aplicadas al servicio de la humanidad.
Los faroles -traídos de España- están trabajados en hierro forjado. Sobre un pedestal de diseño clásico, presentan dos luminarias mirando hacia abajo, coronadas en su soporte por un águila con las alas desplegadas, en actitud de querer iniciar su vuelo. Estos simbolizan la luz material y la luz intelectual, que determinan el equilibrio de la vida.


Hacia la esquina que da a las calles Pedro Moncayo y Vélez se encuentra “Las Fuente de los Leones”, implementada con varios dispositivos que hacen que de ella y cada uno de sus diferentes niveles surjan varios chorros de agua. La base de la fuente tiene forma octogonal y está construida de cemento, pero del centro de ella, en forma de cruz surge un pedestal de hierro adornado con motivos florales, y sobre su eje noreste posan dos leones majestuosamente sentados, que son los que le dan su nombre, en el fuste de la fuente se pueden observar relieves con cuatro medallones -uno hacia cada lado- con figuras femeninas.
A una altura aproximada de cinco metros se encuentra el primer recipiente elevado, de forma circular y fabricado en hierro, sobre el que caen las aguas que rebosan del recipiente superior, de menor circunferencia.
Finalmente y coronando la fuente se encuentra una figura femenina que luce en su cabeza una diadema o corona de hojas de laurel y a cuyos pies pueden observarse espigas de trigo.


Hecho por:
Jeniffer Zambrano Moreno

Vida, Pasión y Muerte de Atahualpa



¿Quien Fue Atahualpa?
Probablemente un ejemplo de un Héroe en nuestra historia de inicios de nuestros Tiempos como Territorio, Reino, País, Republica…
Sin Lugar a dudo muchos o pocos sabemos a ciencia cierta acerca de lo que el era, llegó a ser y que obtuvo…
Aquí Una breve reseña de su Vida, Pasión y Muerte de Atahualpa

Atahualpa o Atabalipa (quechua: Ata-wallpa “gallo” ) Nació a principios del siglo XVI años 1500, hijo de Huayna Capac, Conquistador Inca y La princesa Paccha, hija de Cacha Ultimo de los Shyri Soberano de los Pueblos de Quitus, fue el decimotercero gobernante inca, es considerado como el último emperador incaico.

Recibió cultura y educación superior, esmerada y sólida por Los amautas del reyno (del quechua: hamawt'a; 'maestro', 'sabio'). Cuenta la Historia que Cuando Atahualpa tenía alrededor de 13 años, su padre Huayna-Capac, le contaba como compañero inseparable en sus viajes. Y en los días de descanso entre batallas y en las horas libres de las marchas, el príncipe Atahualpa, en presencia de su padre, recibía lecciones de aquellos maestros ilustres y claros, en todos los conocimientos de la tierra, de los hombres y del Sol.
 Largas travesías de descubrimiento a temprana edad, exploraciones en la fría tierra de los Andes, sus altas cordilleras, sus misteriosas montañas, eran parte de la inspiración que iba formando su carácter, así como las largas y aleccionadoras caminatas por profundas selvas, inquietos senderos y cuevas misteriosas.


Al mismo tiempo bajo la especial vigilancia del rígido y adusto Rumiñahui ( el más intrépido y temerario de los generales del Imperio) Atahualpa recibía la más rigurosa y severa educación para la guerra. A se cuenta que se le adiestró como un simple soldado, y como ellos, cada indio en buenas condiciones físicas estaba obligado a prestar servicio militar. Se lo adiestraba en el manejo de las armas, existentes en esa época, se les exigía pericia en el tiro de la honda, en el lanzamiento de la flecha, en el manejo de la lanza y del hacha de pedernal, debía adquirir fuerza y precisión para el disparo de la cerbatana. En las largas marchas a través de los caminos y lugares del Tahuantinsuyo, se le hizo caminar a pie, al igual que los cadetes de la Academia Real, dentro de la cual se educaban la oficialidad noble y el Inca durante su adolescencia, y para su graduación tuvo que viajar y estudiar la tierra y sus elementos, por las escarpaduras de las sierras, y por los arenales o manglares encendidos de fuego de las llanuras; para conseguir que el príncipe Atahualpa, adquiera agilidad, fuerza y resistencia y al propio tiempo, el amor y respeto de soldados y jefes. Hacia esa época, toda su educación le había llevado por casi todos los senderos del Imperio de su padre, que hoy constituyen tierras desde el norte del Ecuador hasta el sur de Perú, incluyendo Bolivia y buena parte de la selva amazónica.

Al morir Huayna-Capac, dividió el Tahuantinsuyo, asignando a su heredero primogénito y legal, Huáscar que residía en el Cuzco, todo el imperio en su parte anterior a la conquista el Reino de Quito y este último territorio fue asignado a su Hijo Atahualpa, que nació de su matrimonio con la Princesa Paccha, heredera que de ese Reino, es decir devolvió a su legítimo heredero el indicado Reino de Quito.

Cinco años permanecieron en Paz ambos, pero queriendo ser únicos en el Imperio, los dos hermanos encendieron la Guerra civil. Atahualpa, con sus generales Quisquis y Calicuchima, al frente de un poderoso ejército, sometieron a los Cañaris y los castigaron sangrientamente, porque eran partidarios de Huáscar. Se dice que Atahualpa cayo prisionero y luego se fugó, continuando la campaña, esta vez en contra de los isleños de Puná, donde fue herido, pero salió victorioso. Mientras tanto sus generales derrotaron definitivamente a los peruanos, que perecieron casi todos en la horrible matanza ordenada por el vencedor. Descansaba de su campaña militar y de heridas leves que sufrió Atahualpa. en la ciudad de Cajamarca, cuando casi al mismo tiempo los Españoles al mando de Francisco Pizarro habían desembarcado en Túmbez y a poca distancia fundaron la primera ciudad española de América del Sur, llamada San Miguel



Atahualpa era un ejemplar rudo y fuerte de la mezcla de dos estirpes: la de los Quitus y la de los Incas. Su nacimiento y su vivencia en la dura serranía del Pichincha le había dado fortaleza de músculo, agilidad y poder para el camino; las heladas del páramo inhumano habían curtido su piel. Era ancho y bien formado de hombros; de estatura más bien alta. Tenía el rostro grande hermoso y feroz, pero era de una impasividad de piedra. Habituado al legislar sabio y al sentenciar justo e inapelable de su padre, Atahualpa había adquirido el hablar grave, trascendental, reposado. Sus razonamientos eran sagaces y profundos y la sutilidad de su discurrir eran tan fina y segura, que hacía caer en sus redes aun a los más perspicaces. Tenía el proyectar y el resolver rectilíneos por ello su llegada a las llactas no eran esperada ansiosamente por todos, como señal de fiesta, eran mas bien temidas, porque llegaba siempre para el trabajo, para la guerra o para la justicia.

Al morir Huayna-Capac, dividió el Tahuantinsuyo, asignando a su heredero primogénito y legal, Huáscar que residía en el Cuzco, todo el imperio en su parte anterior a la conquista el Reino de Quito y este último territorio fue asignado a su Hijo Atahualpa, que nació de su matrimonio con la Princesa Paccha, heredera que de ese Reino, es decir devolvió a su legítimo heredero el indicado Reino de Quito.
Cinco años permanecieron en Paz ambos, pero queriendo ser únicos en el Imperio, los dos hermanos encendieron la Guerra civil. Atahualpa, con sus generales Quisquis y Calicuchima, al frente de un poderoso ejército, sometieron a los Cañaris y los castigaron sangrientamente, porque eran partidarios de Huáscar. Se dice que Atahualpa cayo prisionero y luego se fugó, continuando la campaña, esta vez en contra de los isleños de Puná, donde fue herido, pero salió victorioso. Mientras tanto sus generales derrotaron definitivamente a los peruanos, que perecieron casi todos en la horrible matanza ordenada por el vencedor. Descansaba de su campaña militar y de heridas leves que sufrió Atahualpa. en la ciudad de Cajamarca, cuando casi al mismo tiempo los Españoles al mando de Francisco Pizarro habían desembarcado en Túmbez y a poca distancia fundaron la primera ciudad española de América del Sur, llamada San Miguel
Atravesaron los Andes y llegaron a Cajamarca, alojándose en dicha ciudad abandonada, pues ejército y habitantes estaban junto al Inca en los baños de esta población o unos pocos kilómetros de distancia. Pizarro envió una embajada al Inca, para pedirle una entrevista y el Inca otra a los españoles en igual sentido. Todo esto ayudado por la vieja tradición que existía entre el pueblo Inca acerca de que el dios Viracocha, que tenía un aspecto muy parecido a los españoles, es decir blanco, barbado pero con poderes divinos, que había transformado árboles y piedras en guerreros, para defender al Inca Pachacutic-Yupanqui, y ayudarlo en sus victorias contra quienes quisieron destruir el Imperio. Y Viracocha ofreció volver siempre para salvar el Imperio.En estas circunstancias Pizarro concibió el proyecto de apoderares de Atahualpa, golpe que causaría gran efecto en el ejército y el pueblo Inca. Efectivamente el Inca fue a la plaza de Cajamarca a entrevistares con los españoles, quienes estaban escondidos para sorprender al emperador y a su gente. Atahualpa nunca había oído el estampido de un cañonazo, de los arcabuces, la desconocida fuerza de la caballería. Todo ello causó gran pánico entre los indios y además una mortandad de más de ocho mil soldados que estaban desarmados. Finalmente Atahualpa cayó en poder de los españoles.
Creyéndose con Autoridad dio orden desde su prisión que mataran a su hermano Huáscar, a quien suponía cómplice e instigador de la emboscada. Reclamó a Pizarro su libertad, ofreciéndole tanto oro como cupiera en la habitación en que esta preso. Pizarro aceptó la oferta y pronto se llenó dicha habitación con objetos de oro, lo que fue repartido entre los españoles que habían intervenido en la emboscada y descontándose la quinta parte que correspondía al Rey de España. Pizarro no cumplió con su palabra de poner en libertad al Inca e influenciado por Almagro, que consideraba necesaria la muerte de Atahualpa, para evitar rebeliones de los indios, decidió condenar a muerte al Inca. Reunió un supuesto Consejo de Guerra, ante el cual fue acusado de fratricidio, idólatra, polígamo y de conspirar en contra del Rey de España, fue condenado a morir en la hoguera, sentencia cambiada por estrangulación, por haber sido bautizado a último momento.
De esta forma terminó la vida del último emperador del Imperio de los Incas, el décimo catorce de su historia y también el Ultimo Shyri, rey del Reino de Quito y además fue el final de la más espectacular conquista de un Imperio de más de diez millones de habitantes, más de tres millones de Kilómetros cuadrados de extensión, conquista efectuada por 165 hombres españoles, en un tiempo récord de algo así como dos horas, hecho nunca sucedido antes y que hasta hoy no se ha repetido y posiblemente no se repetirá jamás y que dio inicio al periodo conocido como Época Colonial.


 Por David Zambrano  Alvarez

viernes, 19 de noviembre de 2010

LEYENDAS Y TRADICIONES

LEYENDAS Y TRADICIONES
Nuestro país tiene diversidad en muchas cosas y no podrían faltar las leyendas y tradiciones más recordadas y practicadas por los ecuatorianos.
A continuación unas de ellas:
v  POR UNA PIEDRA SE SALVÓ EL ALMA DE CANTUÑA

Eran los primeros años de la época colonial. Las plazas e iglesias de Quito iban tomando forma. Una de ellas era la de San Francisco cuyo atrio estaba siendo construido bajo la responsabilidad de un nativo llamado Cantuña.
El tiempo pasaba y el atrio no se concluía. Los patronos de Cantuña le amenazaron con encerrarle en prisión si no cumplía la obra en el plazo acordado.
Un día, el indio regresaba a su casa y al pasar por el sitio de la obra inconclusa, de entre un montón de piedras emergió una figura vestida todo de rojo, con una nariz puntiaguda y una espesa barba. El ambiente olía azufre y la voz ronca del personaje se identificó:
- Hola Cantuña, no me reconoces? Soy Satanás. te vengo a proponer un negocio: Solo yo puedo terminar el atrio de la iglesia antes de que salga el sol... claro que en pago a este favor tú me entregarás el alma... ¿Aceptas?
Cantuña, que veía imposible terminar la obra, dijo:
  • Acepto, pero si una sola piedra falta en el atrio antes de sonar las campanas del Ave María, el trato se anula.
Satanás aceptó la condición del desesperado indio y en seguida miles de diablillos ascendieron desde el infierno para colocar las piedras de la plaza. Cantuña miraba desde lejos, apesadumbrado por el miedo y el remordimiento.
Sonaron las campanas del Ave María y las primeras luces del amanecer iluminaron el atrio de San Francisco.
El diablo se frotaba las manos satisfecho mientras Cantuña paseaba por la plaza. De pronto el rostro del indio brillo de emoción. Una piedra. Una sola piedra había faltado. Una sola piedra faltante había salvado el alma de Cantuña.
Satanás desapareció enfurecido y solo dejó tras de sí un espeso olor a azufre.
Yo les voy hablar de una leyenda muy particular de nuestro país la leyenda del indio Cantuña. Esta es una leyenda que divierte mucho ala vez que atemoriza. En el libro "Leyendas del Ecuador" hallamos 

Las dos versiones de la leyenda la verdadera


La versión falsa consiste en:

Cantuña tenía una labor que había sido asignada por los franciscano que era construir una Iglesia en Quito. Este acepto y puso como plazo seis meses, a cambio el recibía una gran cantidad de dinero.
Aunque parecía una hazaña imposible lograr terminarla en seis mese, Cantuña puso su máximo esfuerzo y empeño en terminarla, reunió un equipo de indígenas y se propuso terminarla. Sin embargo la edificación no avanzaba como el la esperaba.
Cantuña decide vender su alma al diablo a cambio de que terminara la construcción lo más rápido posible. Cantuña ya se vio perdido debido a que vio que los diablillos avanzaban de una manera insuperable, fue aquí cuando al indio Cantuña se le ocurrió una idea y se escabullo en la Edificación sin ser visto y cogió la ultima piedra y escribió: "Quién ponga esta ultima piedra en su lugar reconocerá que Dios es más grande que el". El diablo al ver esto huyo y Cantuña se salvó.


La verdadera historia trata de:
Cantuña era solamente un guagua de noble linaje, cuando Rumiñahui quemó la ciudad. Olvidado por sus mayores en la histeria colectiva ante el inminente arribo de las huestes españolas, Cantuña quedó atrapado en las llamas que consumían al Quito incaico. La suerte quiso que, pese a estar horriblemente quemado y grotescamente deformado, el muchacho sobreviva. De él se apiadó uno de los conquistadores llamado Hernán Suárez, que lo hizo parte de su servicio, lo cristianizó y, según dicen, lo trató casi como a propio hijo. Pasaron los años y don Hernán, buen conquistador pero mal administrador, cayó en la desgracia. Aquejado por las deudas, no atinaba cómo resolver sus problemas cada vez más acuciantes. Estando a punto de tener que vender casa y solar, Cantuña se le acercó ofreciéndole solucionar sus problemas, poniéndole una sola condición: que haga ciertas modificaciones en el subsuelo de la casa. La suerte del hombre cambió de la noche a la mañana, sus finanzas se pusieron a tal punto que llegaron a estar más allá que en sus mejores días. Pero no hay riqueza que pueda evitar lo inevitable: con los años a cuestas, al ya viejo guerrero le sobrevino la muerte. Cantuña fue declarado su único heredero y como tal siguió gozando de gran fortuna. Eran enormes las contribuciones que el indígena realizaba a los franciscanos para la construcción de su convento e iglesia. Los religiosos y autoridades, al no comprender el origen de tan grandes y piadosas ofrendas, resolvieron interrogarlo. Tantas veces acudieron a Cantuña con sus inoportunas preguntas que éste resolvió zafarse de ellos de una vez por todas. El indígena confesó ante los estupefactos curas que había hecho un pacto con el demonio y que éste, a cambio de su alma, le procuraba todo el dinero que le pidiese. Algunos religiosos compasivos intentaron el exorcismo contra el demonio y la persuasión con Cantuña para que devuelva lo recibido y rompa el trato. Ante las continuas negativas, los extranjeros empezaron a verlo con una mezcla de miedo y misericordia.

v  LA HISTORIA DE CASPICARA
Los sacerdotes de la Compañía de Jesús no podían creerlo. Manuel Chili, el pequeño niño indígena que se colgaba y correteaba por los andamios y pasadizos de la iglesia mayor de los jesuitas en Quito de pronto se había convertido en un gran artista.
Sorprendidos por la habilidad del joven, los jesuitas decidieron tomar a su cargo la educación y darle vivienda, comida y un poco de dinero ya que en ese entonces los artesanos no gozaban del mismo trato que los reconocidos como verdaderos artistas.
Además del apoyo, los padres de La Compañía pulieron las aptitudes de Manuel para que mejorara su técnica en la escultura y la pintura. Así nació el gran Caspicara, uno de los mayores exponentes de la Escuela Quiteña.
Manuel, o Caspicara como empezaba a ser reconocido, trabajaba hasta 12 horas diarias siempre sobre andamios y cerca de bordes peligrosos. Este constante trabajo por lo alto le originó un intenso miedo a las alturas. Cuentan que debido a esta fobia, Caspicara permanecía varias horas en silencio y con los ojos cerrados y esto terminaba por enfurecer al capellán de la iglesia que creía que creía equivocadamente que Manuel dormía en lugar de trabajar.
La fama de artista se extendió por todo el nuevo y viejo mundo. Sus obras comenzaron a valorarse en muchos pesos de oro y sus imágenes de santos, Cristos y vírgenes decoraban iglesias de todo nuestro país y también de Colombia, Perú, Venezuela y España. Es tanta la belleza de las obras de Caspicara que no han faltado quienes además les han agregado propiedades milagrosas.
Actualmente es difícil poner un precio a las obras de Manuel Chili ya que, por un lado, superarían los varios millones de dólares, mientras que por otro, son invaluables en tanto que son patrimonio cultural del Ecuador.
Como sucede con muchos artistas, Caspicara murió en la miseria más triste, abandonado en la soledad de un hospicio y despreciado por sus contemporáneos.

v  LA SEMANA SANTA
Con una marca de ceniza en forma de cruz en la frente se celebra el "Miércoles de Ceniza", inicio de la cuaresma o los 40 días previos a la Semana Santa.
La llegada de la modernidad no ha hecho estragos en la religiosidad de los habitantes de Quito. Incluso hoy en día, el Domingo de Ramos se celebra con el mismo fervor que siglos atrás, El romero y el sahumerio son infaltables acompañantes de los quiteños en la tradicional misa que abre la Semana Mayor del catolicismo.
Además de la fuerte presencia de la devoción religiosa, hay otros elementos que han sobrevivido al tiempo como la tradicional fanesca, un plato que se elabora con granos y pescado seco que según algunas investigaciones es un plato que se remonta incluso a las primeras comunidades cristianas que escondidos de la persecución romana, los únicos alimentos que podían guardar en las catacumbas eran precisamente los granos y el pescado.
v  EL DÍA DE LOS DIFUNTOS
Así como la Semana Santa tiene su propio sabor, el de la fanesca, el Día de Difuntos, el 2 de noviembre, tiene a la colada morada, un plato de dulce que se acompaña de las "guaguas de pan", una herencia gastronómica española e indígena.
Las "guaguas de pan" son muñecas de masa que recuerdan el episodio bíblico en que el Rey Herodes mandó a decapitar a los niños recién nacidos con la intención de matar al Niño Dios , el infante Jesús.
Esta tradición dejada por los conquistadores se fundió rápidamente con las manifestaciones culturales indígenas. Los nativos solían vestirse de luto y ofrecer comida y bebida a las almas de sus muertos, una práctica que todavía se mantiene vigente en pueblos aledaños a la capital donde los indígenas van hasta los cementerios para depositar alimentos en las tumbas de sus seres queridos fallecidos.
El otro plato mencionado, la colada morada, era preparada en los viejos tiempos como si fuera todo un ritual gastronómico. Además se preparaba en tal cantidad que era común invitar a toda la familia lo mismo que a los vecinos del barrio. En aquellos días una jarra grande la mazamorra dorada y una guagua hecha con mantequilla no costaba más de un sucre.
Y aunque los precios han aumentado notoriamente, no por esto la colada morada y las guaguas han perdido su sabor ni su lugar en el gusto de los quiteños. Por supuesto que a parte de esta tradición culinaria tampoco se ha borrado la costumbre de visitar ese día el cementerio y dejar algunas flores en la tumba de aquellos que se nos adelantaron en el viaje al más allá.

Erika Nicola...

viernes, 5 de noviembre de 2010

PARQUE ARQUEOLÓGICO DE PUMAPUNGO

Las ruinas de Pumapungo antiguamente la ciudad de Tomebamba, es el mayor conjunto de vestigios arqueológicos inkas al sur de Ingapirca. Esta ciudad se construyó como segunda sede del imperio del Tahuantinsuyo, representa un reconocimiento de los valores de los Kañari o Inka, que han dejado una perenne huella de su identidad en la ciudad de Cuenca y en su entorno.

        
La ciudad de Tomebamba fue destruida antes de la llegada de los españoles, en el tiempo de Atahualpa y Huascar,  fue fundada por Túpac Yupanqui tras la victoria conseguida sobre los kañari, se utilizaron para su construcción piedras de río asentadas con mortero de arcilla, y una técnica más depurada que son bloques tallados y sin aristas y que pertenecen al estilo inca imperial.

En 1981 el Banco Central del Ecuador adquiere los terrenos donde se emplazan las ruinas e inicia un proceso de recuperación de Pumapungo. Después de un largo tiempo de restauración  las ruinas se constituyen como un Parque Arqueológico etnobotánico, donde se puede  encontrar los cimientos de los cuarteles y edificios que formaron parte de la ciudad de Tomebamba.
El Parque Arqueológico Pumapungo cuenta con el respaldo de la UNESCO  y está al servicio de la comunidad. Las ruinas están conformadas por terrazas escalonadas.

 El origen del nombre Pumapungo esta en quichua que significa: Puma = león americano y pungo = puerta, es decir puerta del puma o león americano. 
Durante las excavaciones arqueológicas realizadas entre 1981 y 1990, se recuperaron más de dos millones de fragmentos y piezas enteras de cerámica, piedra, concha, hueso y metal que se exhiben en el actual Museo ubicado en la parte superior de las ruinas de 
Pumapungo.

Hecho por:     Jeniffer Zambrano Moreno
Torre de Reloj o Torre Morisca

En la Época de en la que Vicente Rocafuerte estuvo al mando del gobierno en nuestra ciudad de Guayaquil por las fechas de 1842, fue el, el que trajo desde Europa y lo obsequio a la ciudad.

Inicialmente el reloj permanecía en lo alto del cabildo  donde actualmente es el mercado municipal, para luego ser trasladado a la torre del mercado de abasto.

Aquello ocurría en 1921. Posteriormente y al desaparecer ese mercado, se levanto una torre especial en el mismo sector y allí permaneció el reloj hasta 1925.
Luego de aquello el reloj fue retirado en razón de que la construcción no ofrecía seguridades.
 En 1930, siendo Presidente del Concejo Don Miguel Ángel Garbo, se dispuso por parte de la Municipalidad la construcción de la torre morisca.




El Inicio de la  construcción de  la torre no fue sino a partir de  Agosto 1930, a cargo de los ingenieros Francisco  Ramón y Joaquín Pérez Nin, con la finalidad de que se pudiera destacar entre el Municipio y la Gobernación, y por fin, el 24 de Mayo de 1934 quedo inaugurada.

La Torre Morisca o Torre del Reloj es un ícono de Guayaquil que posee una historia que se remonta en el pasado hasta el siglo XVIII con varias construcciones en ubicaciones previas y la utilización de dos máquinas.





"El reloj municipal, su andar marca la historia de Guayaquil"






1931.-  A treinta metros de altura  se   eleva  la  torre mirador del Reloj Público, recientemente inaugurada. Esta edificación de corte morisco, ha sido construida por el Ing. Francisco Ramón y el Arq. Joaquín Pérez Nin, en reemplazo de la estructura anterior que por fallas técnicas hubo de ser demolida en 1927. El  reloj  de  sonora  campana, es  el mismo que el año 1842 fue costeado por un grupo de ciudadanos  que  lo encargaron a la casa Thomas Mears Foundation de Londres. Estuvo en la torre de la antigua Casa Consistorial hasta la incineración de esta edificación (1908) por razones sanitarias. Fue desmontado cuidadosa- mente y reinstalado en la torrecilla del Mercado que se construyó al pie de la orilla. En atención al plan de embellecimiento, ahora tiene sitio de honor en nuestro Malecón





"Su planta octogonal tiene una cúpula árabe-bizantina.  Está ubicado en Malecón y 10 de Agosto, frente al Municipio".




Por, David Zambrano A.